Los colonienses están orgullosos: de su cerveza Kölsch, de su carnaval y, sobre todo, de su catedral. Y con razón: después de todo, este impresionante monumento es Patrimonio de la Humanidad. Una de las construcciones góticas más altas del mundo. Un emblema con el que se identifican.
Y es el vecino de nuestro Motel One Colonia-Neumarkt. Inspirados por este gigante monumental, hemos creado nuestra propia experiencia de catedral. Algo menos sacra y reflexiva que la original, pero con más vida, color y llena de guiños.
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Lo bueno se hace esperar
Hubo que armarse de paciencia para construir la catedral: se tardaron 632 años hasta que finalmente quedó terminada en 1880. Nosotros no hemos necesitado tanto tiempo para nuestro Motel One en Neumarkt, cuyo diseño de iluminación y distribución imitan los atributos de la catedral. La artista coloniense Heike Simmer también ha profundizado en este símbolo de una forma muy personal para nosotros. Una de sus gigantescas obras le dará la bienvenida ya en la recepción, cubierta por lámparas "Alchimia", que imitan las almenas afiladas de las torres de esta iglesia.
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Todo está iluminado
Tampoco pasan desapercibidos en nuestro Lounge y bar: los separadores de espacios con mosaicos de cristal, que recuerdan a las vidrieras de las ventanas de la iglesia. Su efecto de azulejos se refleja en las alfombras cuadradas de Miinu, y las coloridas lámparas de cristal de Rothschild y Bickers completan el juego de colores que cambia según la luz. En contraposición, los sillones como la butaca "Fat" de B&B y los sofás de Maxalto y Rolf Benz ocupan un discreto lugar: sus tranquilos tonos arena, marrón, azul y gris ofrecen una relajación divina. La excepción, nuestro sillón Egg Chair, en un llamativo turquesa. Aunque, por supuesto, también ofrece una gran comodidad.
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El paraíso en los patios
Al igual que las luces y las sombras de una nave de iglesia, el cambio de los tonos claros a oscuros aporta dinamismo a nuestro espacio interior. Delante de las paredes y muebles oscuros, los colores claros de los cuadros de Heike Simmer ganan aún más espacio. Llevan la agitada actividad de la plaza de la catedral al interior, incluso a su propia habitación. Observe atentamente: ¿Reconoce los detalles como el perrito o la gárgola? ¡Tiene una vista de lince!
En este Motel One no solo se mezclan los tonos claros y oscuros, los colores y la discreción. Los materiales como el vidrio, el latón y el terciopelo también se mezclan con elementos naturales: las macetas colgantes y las estanterías llenas de plantas fusionan el interior con los patios de nuestro Motel One. Un pequeño edén en el centro de la ciudad.
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