Su Hotel en Linz

Antiguamente una ruda ciudad del acero, ahora destaca por un arraigado encanto propio: en Linz se mezclan la industria con la cultura, las últimas tendencias con opciones económicas, los académicos con los arraigados. Una combinación armoniosa que siempre aprecian tanto los visitantes internacionales, que cada vez son más, como los habitantes de esta ciudad austriaca.  
El corazón de la ciudad es la plaza principal barroca, la Hauptplatz, con su columna de la Santísima Trinidad de 20 metros de altura, que se construyó en 1723 como agradecimiento y para pedir protección frente a las catástrofes. Esta plaza, antiguamente plaza del mercado, está rodeada por impresionantes edificios con pintorescas fachadas. Aquí se encuentra el antiguo Ayuntamiento, en el que, por cierto, está el punto de información turística, y la casa Feichtinger, en la que las campanas tocan una melodía poco después de las 11, las 14 y las 17 h. Preste atención: ¡las melodías de las campanas cambian según la estación del año! 
De la plaza principal sale la calle Landstraße, una de las calles comerciales más frecuentadas de Austria. ¡Ideal para pasar un buen rato mirando escaparates! No deje de pasear por las pequeñas calles laterales con sus numerosas tiendas, cafeterías y restaurantes. ¡Hay para todos los gustos! Cerca de la Landstraße se encuentra la Plaza de la Catedral, con la Catedral de la Concepción de María. Además de este edificio del alto gótico, que ya es interesante de por sí, aquí se celebran todos los veranos los conciertos del festival "Música clásica en la catedral", que es tan solo uno de los acontecimientos y eventos culturales que ofrece la ciudad.

A las orillas del Danubio, una de las arterias centrales de la ciudad, se encuentra el Museo de arte Lentos, que alberga una gran colección de arte moderno y contemporáneo. Como si fuera un gigantesco marco, su fachada de cristal conduce la mirada al barrio de Urfahr, en la orilla opuesta. Directamente, cruzando el puente Nibelungenbrücke, se encuentra el Ars Electronica Center. Con su llamativa arquitectura futurista, es imposible no verlo. Este "Museo del futuro" contiene exposiciones acerca de los temas del mañana relacionados con las áreas del arte, la tecnología y la sociedad. 
Los visitantes que prefieran mirar hacia el pasado deben visitar el museo Schlossmuseum. En la antigua residencia imperial se exhibe actualmente la historia natural, cultural y artística de la Alta Austria desde el principio de la vida hasta el siglo XXI. A los amantes de las curiosidades les recomendamos el museo del diente y el museo del cowboy. O también puede ver arte alternativo en una galería al aire libre muy especial: en el puerto comercial, el "Mural Harbour", en los antiguos edificios industriales y las paredes de las casas pueden admirarse más de 100 grafitis y obras de arte urbano de artistas procedentes de hasta 25 naciones. Pueden contemplarse a pie o desde el agua, durante un paseo en barco.

En la orilla norte del Danubio se encuentra el monte local de Linz, el Pöstlingberg. Puede subir sus 539 metros a pie o cómodamente en el tranvía Pöstlingerbergbahn. Este popular destino para hacer excursiones no solo ofrece las mejores vistas de la ciudad de Linz y su entorno, sino que también aúna varios puntos de interés turístico: aquí se encuentra el Zoo de Linz, donde podrá ver el mundo animal autóctono y también animales exóticos. Además, sobre todo los pequeños visitantes podrán disfrutar en el trenecito Grottenbahn, que lleva a los niños a un fantástico reino de cuentos y enanos. Un viaje con mucha historia, ya que esta atracción tiene más de 100 años. A medio camino hacia arriba se encuentra por encima la Universidad Anton Bruckner de música, interpretación y danza, cuyo nombre se debe al gran compositor que fue organista de la Catedral de Linz. En su interior puede disfrutar de conciertos y representaciones, pero sobre todo llama la atención su exterior, recubierto de lamas. Una vez en la cumbre, se encontrará muy cerca de otro edificio emblemático de Linz: la "Basílica de peregrinación de los siete dolores de la Virgen María". Esta iglesia de dos torres, resplandeciente en su delicado tono rosa claro y blanco, se terminó de construir en 1748 y puede llegar a ella en unos minutos desde el mirador. 
En general, Linz es el punto de partida perfecto para todos aquellos que disfrutan en la naturaleza. La región montañosa de Mühlviertel o la de Salzkammergut, que tiene un gran número de lagos, están a tiro de piedra y se pueden visitar también con transporte público. A quienes les guste estar más cómodos encontrarán en la ciudad también algunos oasis naturales de distintos tamaños: diversos lagos y parques, como el Pleschinger See, el Wasserwald, el Hummelhofwald o el Lände, a lo largo del Danubio, invitan a relajarse cuanto uno desee. Se lo hemos dicho: ¡Linz merece la pena!