Su Hotel en París

Con sus doce millones de habitantes, París es la capital del país y la segunda región metropolitana más grande de la Unión Europea después de Londres. Como centro político, económico y cultural de Francia, París tiene tantos atractivos que no sabemos ni cuál proponer en primer lugar. Lo mejor es, simplemente, echarse a andar. Recorra la fabulosa avenida de los Campos Elíseos para visitar de una vez el Arco del Triunfo, la plaza de la Concordia y el jardín de las Tullerías.

Si continúa su camino, llegará al barrio Le Marais, donde aún flota el espíritu del antiguo París. Es prácticamente parada obligatoria. Aquí no hay fastuosos bulevares, sino callejuelas serpenteantes y rincones secretos. El histórico barrio judío muestra buena parte de esta cultura todavía hoy. Si toma asiento en uno de sus numerosos restaurantes o cafeterías, se sentirá mucho más parisino automáticamente.

El metro le llevará al segundo corazón de la ciudad: ¡Montmartre! Puede pasar tranquilamente un día entero en los alrededores de la basílica del Sagrado Corazón: comiendo, comprando, mirando y admirando. La regla más importante es dejarse llevar. Así es como se descubre la verdadera esencia de París.

El Louvre, el museo más visitado del mundo, no está lejos de nuestro hotel de diseño y cuenta con una colección de cerca de 380.000 obras, de las cuales 35.000 están expuestas. ¿Cuánto tiempo hará falta para verlas todas? Es cosa suya si desea admirar la torre Eiffel en la distancia o prefiere emprender su ascenso. Pero lo que en ningún caso debería dejar pasar es la catedral de Notre-Dame, el auténtico centro del país.

En el momento en el que se pone el sol y se encienden las luces de París, cada rincón de la ciudad se transforma en algo a medio camino entre un excéntrico reducto de fiesta y un escenario cultural lleno de encanto. Por cierto, no se olvide de que, aquí, la comida y la bebida son una celebración. Por eso, su plan vespertino en París será uno de los puntos culminantes del viaje. Por nosotros no se preocupe: recibimos animales nocturnos hasta altas horas.