Obviamente, nada más que por su tamaño, el Palacio de la Cultura y las Ciencias no es una atracción secreta. No obstante, este edificio emblemático de Varsovia, que mide 273 metros de altura y fue mandado construir por Josef Stalin en la década de los 50, es realmente impresionante. No se puede perder sus vistas, ya que cuenta con un mirador en el piso 30.

Este mercado, en el que también se celebraban combates de boxeo en la década de los 50, es en la actualidad la milla gourmet perfecta para recuperar fuerzas por la mañana, a mediodía, por la tarde... o simplemente para comprar delikatessen regionales e internacionales. Y si sigue con hambre, ¡solo tiene que continuar por el Hala Koszyki!

Con su combinación de hormigón, vidrio y una exuberante vegetación, la BUW es uno de los edificios más interesantes de la ciudad. Sobre su tejado se encuentra uno de los jardines de tejado más grandes de Europa, que se completa con puentes, una cascada y vistas panorámicas. Se puede visitar de abril a octubre y la entrada es gratuita.

Este museo presenta ilusiones ópticas y arte moderno de una forma refrescante, interactiva y fascinante. La exposición está llena de sorpresas, y también de ocasiones para hacerse fotos. Así que, anímese a tocar y participar, ¡pero no se pierda en el gabinete de los espejos!

Y después de hacer turismo, ¡a cenar en el casco antiguo! En el Karmnik, que en español significa «comedero», ofrecen especialidades típicas polacas, como pierogi, pero también platos internacionales y cócteles en un ambiente moderno y acogedor.